El día 23 de julio uno de los guardas de la Diputación Foral de Álava trajo al centro un Aguilucho lagunero (Circus aeroginosus) que había sido atropellado por una cosechadora. El animal, un adulto, tuvo muchísima suerte al salir del incidente sin grandes heridas. Lo que si que tenía era el plumaje destrozado, tenia todas las plumas de las dos alas cortadas y también las de la cola. Por lo que se quedara en el centro hasta que mude.