A finales de julio nos trajeron un cachorro de ardilla. El animal estaba ileso, pero era muy pequeño y no hubiera sobrevivido en la naturaleza. En el centro recibió atención constante. Al principio se cebaba con leche, los primeros días de muy baja concentración y poco a poco, según vimos que la iba digiriendo bien se le fue dando mas concentrada. A la vez, según fue creciendo y empezó a alimentarse por si misma, se fue introduciendo distinto tipo de comida, fruta y frutos secos, primero pelados, luego con cascara, y se le dejo en una instalación en la calle para que fuera regulando su temperatura por si misma.
El día 22 de septiembre la soltamos en la zona de donde provenía. Os dejamos el vídeo de la suelta.