[vc_row][vc_column][media image=»2432″][vc_column_text]Los vencejos comunes son una de las 10 aves que más ingresan en Mártioda (casi 50 ejemplares al año).
En mayo atendemos ejemplares adultos debilitados, recién llegados del hemisferio sur para criar en Europa. Y en julio y agosto atendemos pollos caídos de nido demasiado pronto.
Los pollos los agrupamos por edades para que no se críen solos. Y los alimentamos a base de insectos, para que se desarrollen, emplumen y adapten sus estómagos a lo que será su vida silvestre cuando los liberemos (entre agosto y septiembre).
Cuando pesan alrededor de 40g y están totalmente emplumados, los anillamos (anillas metálicas para aves, con un número identificativo único) y los liberamos en el medio. A finales de verano migrarán a África tras los insectos de los que se alimentan y que aquí escasean en otoño e invierno; y regresarán a Europa en primavera.
Cómo ayudar a un vencejo:
- Si un adulto cae al suelo por viento o otra circunstancia, no podrá despegar. Es un ave superadapatada a la vida aérea, todo su ciclo vital, menos la nidificación, lo hace en el aire. Así, al ser muy ali-largo, tienen problemas para despegar desde el suelo. Ponlo en la palma de tu mano y volará sólo.
- Si se trata de un pollo, puedes subirlo al nido, que suele estar en los aleros de los tejados. Si no es posible, entrégalo en Mártioda para que lo alimentemos correctamente antes de que pierda demasiado peso. Tiene una dieta muy concreta y es difícil que tú puedas capturar tantos insectos como necesita en un día. Ten en cuenta que puede llevar semanas que crezca y emplume por completo.
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